En la especie humana, la relación entre hombres y mujeres que nacen a escala mundial se inclina a favor del sexo masculino. Es una tendencia global, que se ha mantenido durante décadas y que ha confirmado la Organización Mundial de la Salud. En general, la proporción es de 105 nacimientos de varones frente a 100 de mujeres. Con el paso de los años, la balanza se equilibra de forma natural, ya que los hombres tienen una esperanza de vida más corta.
Sin embargo, todavía no está claro si la desproporción de sexos al nacer se produce inicialmente en la fecundación o surge durante el periodo pre o postimplantación. Tanto una capacidad de fecundación diferente de los espermatozoides portadores de X/Y como una capacidad de desarrollo diferente de los embriones masculinos y femeninos podrían sesgar la proporción o equilibrio entre los sexos al nacer.
Como el test genético preimplantacional de aneuploidía (PGT-A) proporciona información sobre la constitución cromosómica de los embriones, incluidos los cromosomas sexuales, un grupo de investigadores de Dexeus Mujer, liderado por la bióloga Beatriz Carrasco, ha llevado a cabo un estudio retrospectivo con el fin de determinar la proporción entre sexos en la fase de blastocisto de los embriones humanos generados por ICSI, en los blastocistos euploides, transferidos e implantados y, por último, en los bebés al nacer.
En total se incluyeron embriones de 646 pacientes sometidos a 921 ciclos de pruebas genéticas de preimplantación para aneuploidía (PGT-A) desde septiembre de 2017 hasta febrero de 2020. Se analizaron un total de 2637 blastocistos biopsiados.
La proporción de sexode los blastocistos estaba sesgada a favor del sexo masculino, con un 53,1% diagnosticado como varón y un 46,9% como mujer. Tras la biopsia y la PGT-A, el 41,2% de los blastocistos se clasificaron como euploides, el 7,7% como mosaicos y el 51,2% como aneuploides. Se observó una mayor euploidía cromosómica entre los blastocistos femeninos en comparación con los masculinos tras ajustar por la edad femenina, la edad masculina y la dosis de gonadotropinas. No se observaron diferencias significativas entre sexos en cuanto a la tasa de implantación, la tasa de abortos y la tasa de nacidos vivos.
Los autores concluyen que hay más embriones masculinos que se desarrollan hasta la fase de blastocisto que los femeninos. Pero los blastocistos masculinos presentan una mayor tasa de aneuploidía. Por lo tanto, la capacidad de implantación y de dar lugar a un nacimiento vivo es similar entre los sexos.
Artículo de referencia:
Male and female blastocyst: any difference other than the sex?
Beatriz Carrasco, María Carme Pons, Mónica Parriego, Sandra García, Nikolaos P. Polyzos, Anna Veiga.
Published: May 14, 2022DOI:https://doi.org/10.1016/j.rbmo.2022.05.004