La biopsia del ganglio linfático centinela (GLC) se ha aceptado recientemente para evaluar el estado ganglionar en el cáncer de endometrio en un estadio inicial, lo cual es clave para adaptar los tratamientos adyuvantes. Sin embargo, no se sabe hasta qué punto esta técnica está implantada a nivel nacional y si es decisiva a la hora de determinar el manejo clínico y la supervivencia en pacientes oncológicos.

Para averiguarlo, un grupo de investigadores especializado en el estudio del ganglio centinela de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha llevado a cabo un amplio estudio retrospectivo en el que han participado 29 centros españoles, incluyendo pacientes con adenocarcinoma de endometrio en estadio preoperatorio temprano que habían sido sometidas a biopsia SLN entre 2015 y 2021. Cada centro recogió datos relativos a características demográficas, clínicas, histológicas, terapéuticas y de supervivencia.

Según los autores, los resultados oncológicos de las pacientes con ganglios negativos y enfermedad de bajo volumen fueron similares tras adaptar los tratamientos adyuvantes. En total, el 22% de las pacientes con macrometástasis y el 50% de las pacientes con micrometástasis presentaban bajo riesgo de metástasis ganglionar según sus factores de riesgo preoperatorios, lo que revela la importancia de la biopsia GLC en el tratamiento quirúrgico de las pacientes con CE en estadio inicial.