Donno V, Prats P, Rodriguez I, Polyzos NP.
Am J Obstet Gynecol. 2024 Oct 28:S0002-9378(24)01105-0.
DOI: 10.1016/j.ajog.2024.10.033
Las pruebas acumuladas indican que los embarazos tras la transferencia de embriones congelados en ciclos artificiales se asocian a un mayor riesgo de preeclampsia. El Doppler de la arteria uterina, junto con los factores maternos y los biomarcadores séricos, es un biomarcador crucial para el cribado de la preeclampsia en el primer trimestre, que ayuda a identificar a las pacientes de «alto riesgo». Las directrices recomiendan encarecidamente administrar aspirina (150 mg/día) a estas mujeres, debido a las sólidas pruebas que demuestran una reducción del 62% en la incidencia de preeclampsia.
Sin embargo, y a pesar de que estudios previos sugieren un menor índice de pulsatilidad de la arteria uterina tras la transferencia de embriones congelados, ningún estudio previo ha explorado el impacto del tipo de preparación endometrial en el Doppler de la arteria uterina ni su influencia en la estimación del riesgo de preeclampsia en el primer trimestre. Por este motivo, un grupo de investigadores del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer decidió realizar un estudio retrospectivo para evaluarlo.
El estudio cuya primera autora y responsable es Valeria Donno, ginecóloga especializada en reproducción asistida de Dexeus Mujer, incluyó un total de 27.289 embarazos únicos (concebidos de forma natural o tras tratamiento de reproducción asistida) que se sometieron al cribado ecográfico del primer trimestre en el Hospital Universitario entre enero de 2010 y mayo de 2023. El objetivo del estudio era valorar si existe una asociación entre el índice de pulsatilidad de la arteria uterina y el modo de concepción, teniendo en cuenta en el análisis multivariada factores de confusión (edad, peso, tabaquismo y donación de ovocitos).
Los resultados demostraron que los embarazos tras la transferencia artificial de embriones congelados presentan un índice de pulsatilidad de la arteria uterina significativamente menor en el primer trimestre en comparación con los demás modos de concepción. Además, el porcentaje de pacientes con alto riesgo de preeclampsia en el cribado del primer trimestre fue significativamente más bajo en el grupo de ciclo artificial en comparación con los otros grupos. Esto se tradujo en un menor número de pacientes que recibieron aspirina profiláctica. Los autores concluyen que el algoritmo de riesgo de preeclampsia en el primer trimestre podría verse influido por esta variación en la arteria uterina. A la luz de estos hallazgos, es fundamental evaluar la posibilidad de ajustar dicho algoritmo, incorporando factores de corrección para obtener un cálculo de riesgo más preciso y evitar que no se aplique tratamiento a pacientes que podrían haberse beneficiado de la aspirina profiláctica.