El grupo de trabajo COVID-19 de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (European Society of Human Reproduction and Embriology, ESHRE), que coordina la Dra. Anna Veiga, directora de I+D del Área de Biología del Servicio de Medicina de Reproducción de Dexeus Mujer, acaba de publicar unas directrices para ampliar la información sobre la indicación de la vacuna de la COVID 19 en relación a pacientes que realicen tratamientos de reproducción asistida (TRA).
¿Hay que vacunarse antes de iniciar el tratamiento? Según los expertos, en los estudios realizados en animales no se ha observado que la vacuna tenga ningún efecto perjudicial durante el embarazo. Sin embargo, los datos disponibles son limitados, por ello, la ESHRE no puede ofrecer una recomendación sobre si los pacientes de reproducción asistida deben vacunarse antes de iniciar el tratamiento. En mujeres con problemas de salud o condicionantes que aumenten el riesgo de sufrir complicaciones en el embarazo o trastornos graves en el caso de contraer la COVID 19, se debería considerar la indicación de vacunarse antes de intentar concebir. Asimismo, la ESHRE aconseja no limitar el acceso a TRA a la población que resida en zonas donde la vacunación no esté disponible o que decida no vacunarse.
En el caso de pacientes o parejas que se hayan vacunado, en principio se considera prudente postponer al menos varios días el inicio del tratamiento –recogida de la muestra de semen, estimulación ovárica y transferencia embrionaria– hasta haber completado la vacunación (es decir, tras la segunda dosis, en el caso de que sea necesaria) para dar tiempo a que se asiente la respuesta inmunitaria. Como no se dispone de información concluyente sobre el efecto de la vacuna en los óvulos, el esperma, la implantación del embrión y las primeras etapas del embarazo, la ESHRE considera que se podría plantear una aproximación más cauta (postponer el inicio del tratamiento hasta 2 meses).
En cuanto a las mujeres embarazadas, las vacunas actualmente disponibles en Europa cuentan con la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento, pero no se dispone de información suficiente sobre sus efectos a largo plazo durante el embarazo y la lactancia, por lo que la indicación de la vacuna debe ser valorada de forma individual por un profesional sanitario considerando los posibles riesgos y los beneficios. La ESHRE considera que las mujeres embarazadas deben ser informadas sobre esta falta de información sin que ello suponga que queden excluidas de los programas de vacunación.
En relación al personal asistencial de los centros de reproducción asistida, se considera que debería constar entre los grupos de población prioritarios en recibir la vacuna para su protección y para reducir el riesgo de contagio, basándose en riesgo y beneficio individuales.
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