En menos de 50 años, el número de hijos por mujer en España se ha reducido a la mitad, pasando de 2,7 en 1975 a 1,1 en 2021 mientras que para que se produzca el relevo poblacional es necesario un 2,2. Esta realidad nos sitúa en penúltimo lugar a nivel europeo, solo por detrás de Malta. Actualmente, la edad media en la que las mujeres españolas tienen su primer hijo en España es de 32,6 años, y los nacimientos entre madres de 40 o más años han aumentado un 38% en 10 años.

Según los especialistas, los bajos niveles de natalidad registrados en los últimos años están relacionados con aspectos socioeconómicos, estructurales, como el desempleo juvenil o las dificultades de acceso a la vivienda, culturales, educativos y sanitarios. Estos factores han derivado en que la decisión de formar una familia se postergue cada vez más, y por tanto se retrase la edad de la maternidad, lo que acarrea con frecuencia problemas de esterilidad e infertilidad y la necesidad de recurrir a técnicas de reproducción asistida (TRHA).

“El retraso de la maternidad tiene un impacto importante en la fertilidad, ya que a partir de los 35 años la calidad y la cantidad de los óvulos desciende de forma progresiva y las posibilidades de tener hijos de forma natural también, algo que muchas mujeres aún no saben” explica la Dra. Elisabet Clua. “De hecho, en nuestro centro, la media de edad de las pacientes de reproducción ha ido creciendo progresivamente en los últimos años y actualmente es de 38 años y el número de tratamientos de reproducción que requieren una donación de óvulos ya supone prácticamente un 35% del total”.

Los expertos también han alertado de que, a pesar de que los problemas de esterilidad afectan a entre el 15 y el 20% de la población española, aún existe mucho desconocimiento, estigma y falta de atención política. “Durante muchos años se ha educado a la población adolescente sobre temas como contracepción y transmisión de enfermedades infecciosas, pero se precisa formarlos para que conozcan más aspectos sobre la fertilidad”, explica la Dra. Elisabet Clua. “En nuestro centro ofrecemos, si lo desean, la posibilidad de valorar la reserva ovárica a todas las mujeres, que es un indicador de su potencial reproductivo y se analiza de forma muy sencilla, y también información sobre anticoncepción, salud sexual y asesoramiento pregestacional”.

Asimismo, el documento quiere visibilizar que se trata de un problema que va más allá de la esfera privada. La población envejece en toda Europa y en España actualmente si crece es gracias a la migración, por lo que urge poner en marcha políticas familiares y medidas que contribuyan a crear un contexto favorable. Según las encuestas, más de una de cada dos mujeres en la cuarentena sin hijos desearía haber sido madre, y un 21% de las que han sido madres no han tenido los hijos que hubieran deseado tener. Por otro lado, las mujeres que han congelado sus óvulos se han multiplicado casi por 30 en una década en España.

En España, es posible acceder a los tratamientos de reproducción asistida a través del Sistema Nacional de Salud. Pero de los más de 400 centros de reproducción asistida que hay en nuestro país, tan solo un 27% son públicos. La consecuencia es que se encuentran saturados. La lista de espera en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para un tratamiento de fecundación in vitro es larga (un año, de media) pero en muchas ciudades ese tiempo llega a duplicarse. Por ello, muchas mujeres que comienzan el proceso cumpliendo los requisitos de edad (que en general, consiste en ser menor de 40 años, pero varía en función de la Comunidad Autónoma) ven frustrado su intento.

Ante esta realidad, los expertos proponen un cambio de paradigma en el abordaje de la salud reproductiva que incida en la infertilidad como un problema de salud pública, que se materialice en diversas medidas y en políticas públicas que se pongan en marcha de forma urgente.

Entre las recomendaciones propuestas, se incluyen: campañas informativas en salud reproductiva desde estadios tempranos, promover una educación sexual realista y plural, introducir en el sistema de salud la consulta de fertilidad y programas de detección precoz de potenciales problemas de esterilidad, mejorar la atención sanitaria a la infertilidad, facilitar y estandarizar los criterios de acceso a los tratamientos de reproducción asistida y de preservación de la fertilidad en mujeres con problemas para concebir y acompañar todas estas acciones de políticas de corte social y económico que creen un entorno favorable a la maternidad y paternidad.

Documento “Consenso sobre Natalidad y Salud Reproductiva en España” (PDF).